Ayer leía una interesante cita de Neal Gershenfeld, un investigador del MIT: "Cuando la gente puede crear su propia tecnología es cuando se despierta la pasión". Mientras ese día llega -cada vez está más cerca-, se puede extrapolar la sentencia a muchos ámbitos. Ya es un hecho, por ejemplo, en el terreno de la comunicación, gracias a los blogs. Y podría llegar a serlo en el de la animación mediante Scratch.
Es curioso, porque se trata precisamente de un invento del Media Lab del MIT, y su intención no es otra que hacer la programación accesible a cualquiera. Como explica Mitchel Resnick, uno de los responsables del programa, Scratch está pensado con fines educativos: "Queremos que los niños sean los creadores. Queremos que hagan cosas interesantes y dinámicas en el ordenador".
La idea de este 'software' -con versiones para Windows y Mac OSX- es dejar atrás las líneas de código y permitir programar animaciones juntado 'ladrillos' que contienen instrucciones de todo tipo. Como si fuese un Lego. Algo que lo hace intuitivo y mucho más fácil que otros lenguajes de programación, aunque requiera un período de aprendizaje y, por ahora, parezca poco potente.
Como si estuviésemos en una mesa de mezclas -es la idea de Scratch-, podemos escoger diversos elementos predeterminados, dibujarlos o copiarlos. Y darles vida. Para que se muevan a un determinado punto sólo hay que elegir la caja adecuada y escribir las coordenadas. Para que toquen un instrumento, lo mismo. Luego se trata -lo más complicado- de encadenar esas variables con otro tipo de 'bloques', y a disfrutar.
No es difícil, pero tampoco es fácil. Sobre todo si intentas hacer una virguería a la primera, porque puede ser frustrante. Es preferible ir poco a poco hasta crear algo que merezca la pena. Por ejemplo, minijuegos.
La anterior es la primera parte del proyecto. Compartir es la segunda, porque las creaciones se pueden 'subir' al sitio web de Scratch para mostrárselas a todos los internautas y usuarios del programa, que además las pueden descargar para estudiarlas, mejorarlas o modificarlas.
Está pensado para niños, pero no es sólo para ellos. ¿Alguien se anima? Quizá descubran una pasión oculta...
Visto en: elmundo.es
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