sábado, 21 de abril de 2007

Un niño se ahorca en Londres tras denunciar «bullying» del chófer escolar

«Billy no amigos» y «cabeza gorda». Eran algunas de las expresiones que usaba el conductor del autobús escolar para llamar a Ben Vodden, de 11 años, delante del resto de compañeros. Al final, Ben, acosado por alumnos de su colegio durante tres meses, decidió colgarse con unos cordenes de zapato de la litera de su habitación.
El conductor, Brian McCullough, ha admitido en el juicio que se desarrolla en West Sussex, al sur de Inglatera, que solía dirgirse de esa manera a Ben, pero siempre como «broma amigable». Cullough ha negado que también le llamara «Master Bate», como el chico aseguró a su padre. «Dice que soy un pequeño mamón», le contó Ben después de no querer referir esas palabras a su madre, ya que le daba vergüenza porque se refieren a la masturbación.
Los problemas de Ben comenzaron en septiembre, al segundo día de estrenar un nuevo colegio, la Tanbridge House School, un centro de segunda enseñanza. Alguno de sus compañeros le torció el nudo de la corbata del uniforme en el autobús escolar y a partir de ahí se sucedieron las bromas pesadas.
«Lo están haciendo otra vez»
El pasado 12 de diciembre, Ben salió de casa como todas las mañanas y fue recogido por el autobús. Después, envió un mensaje al móvil de su padre: «Por favor, ¿puedes traer mi gel? Lo están haciendo otra vez».
La segunda frase del mensaje fue interpretada por sus padres como que ese día volvía a haberse producido el acoso que venía denunciando el pequeño.
Al término de clase, la señora Vodden recibió una llamada de la escuela, anunciándole que a Ben se le había echado del autobús porque había estado golpeando la salida del aire aconcidionado y había hecho gestos contra el conductor. Cuando el chico llegó después a casa, se negó a referir a su madre los términos de la disputa. Tras darle un abrazo, se encerró en su habitación y comenzó a lloriquear.
Al concluir su jornada laboral, el padre acudió al domicilio y fue a la habitación de su hijo para que al menos a él le explicara lo sucedido, pero cuando abrió la puerta se encontró a Ben colgado de una litera con los cordones de zapato alrededor del cuello.
El acoso ya fue denunciado por los padres antes de que Ben terminara quitándose la vida, pero la dirección de la Tanbridge House Schooll insistió en que no se habían registrado episodios de «bullying» en el centro, algo que se seguía de modo muy estricto, con una política de tolerancia cero, y que nada podía hacer si el acoso se producía fuera del recinto escolar, por más que fuera en un autobús contratado.
En todo caso, el conductor negó protagonizar puyas contra Ben, y su palabra fue creída.
Críticas a la escuela
Los padres han criticado que la escuela reclame a los alumnos no responder a los agresores que practican «bullying» contra ellos. «Ben no tenía miedo de esos agresores verbales. Se habría defendido por sí mismo, pero la exigencia de la escuela de no revolverse ha hecho que la víctima se sintiera tan mal y eso no puede ser correcto».
Durante el juicio, McCullough ha asegurado que si llega a saber que sus comentarios molestaban de tal manera a Ben como para tan fatal desenlace, los habría dejado de lado de inmediato.

Visto en ABC.es

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