Los buzones para bebés abandonados llegan a Japón

Un padre entregó a su hijo de tres años el día del estreno, en un hospital católico, de este polémico método para deshacerse de niños no deseados.

La polémica de los buzones- bebé ha llegado a Asia, concretamente a Japón.

La medida para construir buzones en los que abandonar de forma anónima a los bebés se aprobó en el país a finales de abril (con la oposición declarada del primer ministro, Shinzo Abe). El mismo día de la inauguración de este método, en el hospital católico que lo ha implantado en el país fue abandonado en un buzón un niño de unos tres años de edad.

El niño, que está en buen estado de salud y sabe decir su nombre, fue dejado por su padre, según se hizo público ayer. La noticia suscitó críticas inmediatas del Gobierno japonés por boca del ministro portavoz, Yasuhisa Shiozaki, quien lo calificó de "intolerable, pues los padres deben cuidar a sus hijos".

290.000 embarazos interrumpidos

El hospital decidió instalar el buzón ante los últimos casos de abandono y para luchar contra el elevado número de abortos. Sólo en 2005 se interrumpieron 290.000 embarazos en ese país, uno de los de menor natalidad de toda Asia, según el Ministerio de Salud japonés.

Aunque la Policía está investigando si se trata de un caso ilegal de abandono, lo más probable es que el niño sea llevado a un orfanato. Según los medios locales, hace años hubo un proyecto de recogida parecido en las inmediaciones de Tokio. Se llegaron a abandonar diez bebés en seis años y el proyecto se cerró en 1992.

El buzón-bebé se estrenó en Alemania, en el año 2000, aunque hoy en día está presente en la República Checa, Austria, Suiza, Hungría, Italia y Sudáfrica. El Gobierno indio anunció también en febrero que pondrá cunas por todo el país para que los padres puedan abandonar allí a sus recién nacidas.

El sexo del bebé, en seis semanas

Por otra parte, una polémica prueba de ADN ofrecida por DNA Worldwide, una compañía británica, permite a las madres saber el sexo del bebé que esperan en sólo seis semanas, frente a las veinte que suelen requerir los hospitales británicos y españoles.

Por 277 euros y una muestra de sangre de uno de los dedos de la madre, la compañía predice el sexo con un 99% de fiabilidad. Los expertos provida lo critican porque dicen que induce a abortar a los padres que esperan un hijo del sexo no deseado.