Tony Blair anunciará hoy su dimisión, primero como líder laborista, y luego, una vez el partido haya elegido a su sustituto -el ministro de Hacienda, Gordon Brown-, como primer ministro del Reino Unido. Brown podría entrar en el 10 de Downing Street a principios de julio tras ser llamado por la Reina al puesto, sin votación en el Parlamento. No se esperan elecciones hasta 2009 o 2010.
El portavoz de Blair confirmó ayer que el anuncio se realizará hoy, tal como insistentemente se rumoreaba. La confirmación tenía por objeto evitar la concentración de periodistas y cámaras frente a Downing Street, ya que no será ahí donde el primer ministro haga público su comunicado. Probablemente será en Sedgefield, su circunscripción electoral del norte de Inglaterra, adonde acudirá para reunirse con sus electores.
Menos tiempo que Thatcher
Blair cumplió el pasado 2 de mayo diez años al frente del Gobierno británico. No podrá superar el tiempo de Margaret Thatcher de once años y medio, aunque lo hubiera deseado. Blair anunció en las elecciones de 2005 que serían para él las últimas, y se comprometió a agotar su tercer mandato.
Quizá se hubiera retirado a un año de los siguientes comicios, que corresponde celebrar en 2010, con el fin de dejar cierto tiempo a su sucesor para instalarse como primer ministro, pero sus planes se trastocaron. Ya elegido por tercera vez con exigua mayoría, el nerviosismo de su partido ante el declive demoscópico y un golpe de mano del impaciente Brown y sus seguidores forzaron el calendario a finales del año pasado.
Blair probablemente ya comunicó ayer a Isabel II su plan de hacer pública hoy su marcha, durante la semanal visita que presta a la Reina en Buckingham Palace durante los periodos legislativos. A primera hora de hoy informará a su Gobierno. Luego volará a Sedgefield, donde comparecerá antes las cámaras.
Ahora, el Partido Laborista abrirá un periodo de siete semanas para elegir al nuevo líder. Aunque probablemente se presentará algún menor contrincante, del ala izquierda, Brown no tendrá problemas para un apoyo mayoritario. El pasado fin de semana, el último peso pesado que aún consideraba sus opciones, el ministro del Interior, John Reid, comunicó que apoyaría a Brown y que se retirará del Gobierno cuando lo haga Blair.
Ese periodo de siete semanas hasta que haya un nuevo primer ministro fue utilizado como munición por el líder del Partido Conservador, David Cameron, quien dijo que el Reino Unido tiene un «Gobierno de los muertos vivientes», condenado a la «parálisis».
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